Conocido como el país de la felicidad, Bután es un pequeño país escondido en el Himalaya. Y la mejor forma de conocerlo y descubrirlo es haciendo un viaje a medida por Bután, para recorrer el país a vuestro ritmo.
Descubrir las maravillas de este pequeño país es una aventura desde que empieza el viaje.
Su aeropuerto es uno de los más pequeños y complicados del mundo, aterrizar y despegar es toda una aventura. De hecho en nuestros viajes siempre tenemos en cuenta que puede ser que no se pueda aterrizar o despegar cuando se tiene previsto, ya que a veces hay mucho viento y no se puede volar. Por eso siempre dejaros algún día de seguridad por si acaso.
Pero una vez llegas allí y sales por la escalerilla del avión empiezas a alucinar.
Por mucho que hayas viajado nada se parece a lo que has visto antes.
La gente, su forma de vestir , la arquitectura de sus casas y templos… todo es diferente.
Es precioso, tranquilo, sin coches ( eso en Asía es increíble), sin aglomeraciones. Todo fluye en paz.
Paro es la capital del país y la primera ciudad que se ve. Nos os lo puedo describir, es un como un pueblo de casitas bajas de madera, con sus tiendas y una calle principal que alberga toda la vida de la ciudad.
Luego el viaje nos lleva hacia Thimphu y Punaka y Bhuntam. Ciudades donde podéis ver cómo vive la gente del país. Con sus escuelas, sus mercados tradicionales, sus templos..
es muy fácil estrechar lazos con ellos y que te cuenten su forma de vida tan peculiar.
En el país solo viven 700.000 personas y no hay paro. Todos se decidan a algo. Funcionarios, agricultores, orfebres…
Debido a la orografía del país hay básicamente una carretera de montaña para viajar. Imaginaros como es!! Y no hay opción porque no hay ferrocarril min nada. Todos van por esa estrecha carretera, y aunque en el país no hay muchos coches, a veces se tardan horas en hacer pocos kilómetros.
Pero cada recorrido merece la pena por ver el paisaje y los pueblos por los que se pasa.
Y si hay algo que hacer en Bhutan es subir al Tiger Nest, un templo enclavado en la roca a más de 3000 metros de altitud. Pero no os asustéis , cuando llegáis a Paro ya estáis a 2400, así que la subida desde allí no es tan dura. Y vaya si merece la pena, cuando llegas arriba y te encuentras estos edificios volando en las montañas, parece magia!!!!
Y todo este increíble viaje se desarrolla al pie del Himalaya, cada mañana cuando te levantas ves esas imponentes montañas que brillan como espejos con los primeros rayos del sol, sin duda son uno de los amaneceres más espectaculares del mundo.
Y para hacer confortable este increíble viaje, podéis encontrar alojamientos de lujo por todo el país.
Es sin duda uno de los mejores viajes que he hecho en mi vida.
Os animo a que lo visitéis y si queréis soñar un poco, aquí os dejo este video.